Historia
La historia de Manzanera es muy extensa. Existen restos neolíticos, de la época romana y musulmana y, por supuesto, medievales. En el texto de esta sección podrás seguir la historia de este pequeño pueblo.
Los vestigios más antiguos que existen son de la Edad de Bronce, aparecidos en el Cerro de la Solana, El Castellar, Cerro de la Masía de Fuertes y en Las Alhambras. De la época íbera existen restos en los yacimientos del Puntal de la Milocha y El Cerro. En cuanto a restos de la época romana, se han encontrado monedas en el Corral de Mosen Pedro, ánforas en la Fuente Vieja de Alcotas y en Las Alhambras. El objeto más importante es una lápida dedicada a Hercules que hace referencia al uso medicinal de las aguas y que se encontró empotrada en una de las paredes del castillo. También existen vestigios de una antigua calzada.
En la edad media el pueblo fue arrebatado a los árabes en 1202 por Pedro II de Aragón. Posteriormente pasó a pertenecer a diversos señores feudales, el primero fue Berenguer de Entenza.
D. Jaime I "el Conquistador" (1213-1276), para establecer el limite occidental del Reino de Valencia, en su punto lindante con Aragón, tomó como base del mismo la cuenca del Mijares (Millars) La frontera utilizaba el llamado río de las Truchas (antigua denominación del río El Paraíso en la documentación de los siglos XVI y XVII) y seguía hacia el sur. Por el río de las Truchas se va hacia el Camino de Abejuela y Arcos de las Salinas de donde se desciende hacia Alpuente en la cuenca del río Turia dentro del reino de Valencia. Alpuente, con el nombre de "Alpont" fue sede del antiguo Reino de Taifas, que fue conquistado por el "Cid Campeador".
Manzanera figuraba como castillo fronterizo y recinto fortificado frente a los musulmanes de Alpuente y los que podían descender por Arcos de las Salinas desde el reino musulman de Valencia. En 1279-1280 Manzanera perteneció al Arciprestazgo de Teruel. El 23 de octubre de 1327 Dña. Teresa de Estenza, esposa del infante D. Alfonso, hijo de D. Jaime I, hallándose embarazada testó dejando el señorío de Manzanera al infante que naciera. En 29 de mayo de 1390, Juan I de Aragón concedió a D. Pedro Ladrón de Vilanova, vizconde de Chelva, la jurisdicción de la villa de Manzanera.
En los archivos de la Corona de Aragón, en el Histórico Nacional y en el del Reino de Valencia existe numerosa documentación referente al señorío de Manzanera por lo que puede verse que pasó por diverso señores hasta que el 26 de agosto de 1537 la compró D. Fernando de Aragón, Duque de Calabria, según se desprende de las ordinaciones que mandó redactar, a causa de la caza y la pesca existente en su territorio. El Duque de Calabria había sido heredero del Reino de Nápoles, que le fue denegado por asuntos políticos entre los reinos españoles y franceses, también fue virrey de Valencia y estuvo casado con Doña Germana de Foix, segunda esposa de Fernando El Católico. En su testamento del 25 de octubre de 1550, el Duque, instituyó heredero de todos sus bienes al Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia; monasterio del que Germana y él habían promovido la construcción y querían convertir en su mausoleo. El convento tomó posesión de la villa de Manzanera el 3 de Noviembre de ese mismo año.
De la importancia que tenía Manzanera en aquella época es un ejemplo el siguiente hecho: "Debido a los problemas a los que se enfrentaban los trashumantes turolenses era las cíclicas vedas de exportación de alimentos por la carencia o carestía de los mismos, lo que entorpecía sus relaciones y actividades de intercambio con las regiones de invernada, La Real Provisión dada por Carlos 1 y la reina Dª Juana en Monzón, a 18 de octubre de 1537, concediendo licencia a las ciudades y comunidades de Albarracín y Teruel, y villas de Mosqueruela y Manzanera para sacar ganados, harina y granos al Reino de Valencia, es confirmada por el príncipe Felipe en 1553 en estos términos: «Por quanto por parte de vosotros los síndicos de las ciudades de Albarrazín, Teruel y sus comunidades, y villas de Mosqueruela y villa de Mançanera (...) me ha sido hecha relación que por la aspereza y sterilidad dessa tierra que no tiene otro comercio ni trato sino de panes y ganados, por estar lexos de Caragoça y comarcanos, y muy cerca de la raya y terminos del Reyno de Valentia no podeys aprovechamos dellos comodamente sino vendiendolos en el dicho Reyno de Valentia, a donde por bellos de llebar necesariamente a estremo y tener el inbierno os los toman y hazen vender para su mantenimiento y a las vezes sin vuestra voluntad, y no los dexan sacar ni del dicho reyno traher vinos ni pescados, azeytes ni otros mantenimientos necessarios a vos para la sustentacion de la vida humana de que los dichos pueblos carecen, sino que llebeys panes y carnes, y vendays aquellas en el dicho Reyno de Valencia, a cuya causa diz que pasays mucha necessidad assi por esto como por no coger otra cossa en essa tierra de que os podays aprobechar, ni cosechar sino de los dichos panes y ganados, y aquellos no podeys tener ni vender sin mucho daño vuestro, sino sacándolo del dicho Reyno, como dicho es. Por lo qual, por vosotros los dichos sindicos, e consejos, villas y lugares sobredichos habemos sido supplicado muy humilmente os mandassemos dar licencia que en tiempo de bieda podays vender y sacar para vender los dessa tierra vuestros ganados, panes y bestiares uesos y menudos del presente Reyno de Aragón al dicho Reyno de Valencia, e a otras partes, para que del precio dellos os podays aprovechar para vuestras necessidades y mantenimientos de vuestras casas y personas, y porque segun la esterilidad y friores de dicha tierra os es necessario sacar dichos ganados y bestiares fuera della al dicho Reyno de Valencia, e a otras tierras calientes, y tambien para el mantenimiento vuestro y de vuestras haziendas vender y sacar para vender, ad aquellas, panes, trigos y cebadas para sustentar vuestros gastos como no tengays otros comercios ni cosas de que poderlo hazer, lo qual considerando habemos tenido por bien de atorgaros licencia para ello segun nos ha seydo supplicado... »."
La villa perteneció al Monasterio hasta el año 1805. Cuando, con arreglo a una Real Orden del 6 de junio de 1797, se solicitó la incorporación de la villa a la Corona. Después de un lento pleito, el 16 de diciembre de 1828, el Monasterio renunció al señorío y traspasó a favor de la Real Hacienda todo el derecho y acción que tenía y pudiera tener sobre la villa.
Durante la Primera Guerra Carlista, el 25 de octubre de 1835, la columna de Amor y Buil alcanzó en Manzanera al Comandante en Jefe de las fuerzas carlistas del Bajo Aragón, Ramón Cabrera y Griño, Conde de Morella a quien hizo retroceder y que se hizo celebre por sus crueldades y represalias. En 1839, los carlistas fortificaron Manzanera, siendo atacado su fuerte por el general Hoyos y cañoneado desde el amanecer del 14 de diciembre de dicho año hasta que se rindieron los 45 hombres que lo defendían.
En 1835 el Convento o Monasterio de los Franciscanos que existía en la confluencia de los ríos de Los Olmos y El Paraíso, desapareció a raíz de la conocida desamortización de Mendizábal. Los altares pasaron a la Parroquia, de donde desaparecieron en 1936 durante la Guerra Civil. Algunas casas particulares conservan restos de pavimentos, zócalos y azulejos del Monasterio.
Su conjunto urbano fue premio nacional de embellecimiento "Conde de Guadalhorce" en 1971.
Su actual alcaldesa es Celia Durbán, del Partido Popular, la corporación actual (desde las elecciones municipales de 2019) está conformado por 4 concejales del PP y 3 del PSOE.
El escudo de la villa de Manzanera fue aprobado por el Ayuntamiento el 28 de febrero de 1994 y autorizado por la Diputación General de Aragón el 14 de febrero de 1995. El escudo es cuadrilongo, de base circular. En campo de plata, lienzo de muralla almenada de terracota, con puerta de entrada, flanqueada de dos torres cuadradas del mismo material, así mismo almenadas, con dos ventanas cada una de ellas en dos niveles. En la puerta, rastrillo, de sable, semialzado, que deja ver una cruz del calvario también de sable. En el centro del lienzo, sumado de manzano, de sinople frutado de siete, de oro. A diestra y siniestra una estrella de 6 puntas, de azur. Al timbre, Corona Real cerrada del Escudo Nacional de España. La bandera se describe de la siguiente manera: de proporciones 2/3, tres franjas horizontales, blancas las extremas y azul la central, ésta de doble anchura que las otras. Sobre la franja central a 1/3 del asta, figura el elemento del escudo
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